Imagen: greenville.edu
A veces aparece gente que desea imitar a sus ídolos y terminan haciendo el ridículo. Hay negocios que desean replicar el éxito del referente de la industria en cuestión de meses, obviando que a ese que es referente le tomó años construir una reputación y lograr esa posición. Es por este motivo que a veces hay negocios -sean restaurantes, tiendas, bancos o compañías de servicios específicos- que aparentemente empiezan con buen pie, creando expectativas muy altas, pero que al poco tiempo desaparecen por diversos motivos: no podían con los costos, no cumplieron con las expectativas, no se adaptaron al mercado o, simplemente, eran una imitación barata de otros lugares que sí se han mantenido a través del tiempo.
Es bastante desagradable toparse con gente y negocios que a la clara imitan a otros, y aún cuando pueden haber imitaciones buenas, nada, absolutamente nada, se compara con el original. Por eso es que la gente que trata de comportarse con una finura excesiva que no le es característica o que viene con poses que a la clara son copiadas de por ahí, caen tan mal, sobre todo entre sus conocidos de antaño.
La clave del éxito a nivel personal y de negocios empieza por ser original. Las poses no sirven de nada.
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