Un centro comercial que ofrece marcas de lujo entre sus atractivos y que ha basado su estrategia de posicionamiento justo en eso no puede venirle a sus clientes con que una parte del "hall" de escaleras que llevan del parqueo subterráneo al área de tiendas está cerrada de lunes a jueves dizque porque quieren ser verdes.
Es cierto que la onda verde está de moda, y que hay gente y empresas que se escudan en ese movimiento para disfrazar recortes en gastos, lo cual no está mal. Sin embargo, hay que saber dónde se aplican dichos recortes. Por ejemplo, que se apaguen las luces en aquellos pisos del parqueo subterráneo que no están en uso es una medida sensible y que perfectamente se entiende, sobre todo cuando el acceso a esos pisos está totalmente cerrado al paso de clientes. Pero poner al cliente a pasar trabajo, buscando otro punto de acceso porque el que le queda más cerca está cerrado por un asunto "verde", es hasta cierto punto infantil, más cuando se trata de un centro comercial que lleva la palabra "lujo" en su descripción.
Habrá quien diga que eso es bueno para el cliente, que ahora tiene que caminar más para lograr su cometido, y eso está bien, excelente, de hecho, si no fuera por un detallito incómodo: el olor a dióxido de carbono característico de un parqueo y que impregna todo el ambiente, el cual además se mezcla con polvillo de construcción. Además, con todo y que es muy saludable caminar, ¿quién dijo a los administradores de ese centro comercial que sus clientes quieren caminar en ese momento?
No hay nada de malo en tratar de ser verde, ahorrar energía y reducir la contaminación. Sin embargo, estas estrategias deben ser aplicadas correctamente para no generar efectos desfavorables, pues ayer fui testigo de personas que llegaron a ese centro comercial y que optaron por irse al ver ese letrero, alegando, entre otras cosas, que no se iban a poner a dar vueltas a lo loco en un lugar donde ni siquiera la señalización es buena. Igualmente mencionaron el factor lujo, que contrasta bastante con esta decisión.
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