Foto: Flickr (the beage picture)
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¡Vaya si hay gente que no acepta críticas! Quien se dedica a escribir opiniones a menudo se encuentra en posiciones incómodas de parte de gente que se siente aludida en los comentarios o que quizás no supo interpretar aquello que leyó. Hay también gente que bajo ninguna circunstancia acepta que le critiquen, aún cuando hay motivos de sobra para ello.
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Cuando usted va al teatro, al cine, al restaurante, a un hotel o lo que sea, usted espera obtener algo a cambio por su dinero: servicio de calidad, buenas atenciones, ambiente distinguido, una buena obra, un performance que valga la pena... en fin, que depende de la actividad o el lugar al que se asista.
Es inaceptable que una persona pague 5 mil pesos por ver a determinado artista y que el artista, por infantilismo, por ego inflado o porque es demasiado ñoño, decida abandonar el escenario sin previo aviso. ¿Será que se creen por encima del resto de la humanidad? Quizás le ven cara de bobo al público en general.
Hay artistas que irrespetan a su público llegando tarde, bebiendo en pleno escenario y dirigiéndose al mismo con palabras descompuestas. Ha habido casos de artistas que son invitados a presentarse en este país para luego salir a acabar: que RD es una selva, que la gente no se ha pulido y un largo etcétera. Dichas declaraciones vienen después de que se han embolsillado sus cuartos, cuartos que ha pagado un público que gustosamente accedió a pagar lo exigido. Nadie se merece esta clase de desconsideración.
Cuando se es tan ñoño y se tiene el ego tan inflado, entonces lo mejor es establecer condiciones a quien contrata: no comida, no bebidas, no celulares, pleno silencio del público, no mesas. Si quien contrata no puede garantizar el cumplimiento de esas condiciones, entonces mejor que no se presente. El teatro La Fiesta del Hotel Jaragua no es lo mismo que el Teatro Nacional: son conceptos diferentes. El primer escenario no es el más ideal cuando se exigen las cosas mencionadas más arriba.
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Hay formas de exigir respeto. Irse porque sí no es una de ellas. Ha habido artistas de renombre que se han visto en la obligación de exigir silencio y atención al público, y eso es válido, pero de ahí a irse sin dar explicaciones hay un largo trecho. A quien le sirva el sombrero que se lo ponga.
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