Qué malo es que una persona dé el 100% en todo lo que hace y reciba poco o nada a cambio. Peor aún es cuando otros que no dan ni el 20% logran reconocimiento, escalan posiciones y llegan a encumbrarse, muchas veces sin méritos reales.
Qué malo es que una persona se esfuerce por ser moralmente decente, comprensiva, justa y solidaria para a cambio recibir rechazos y juicios erróneos. Peor aún es cuando otros que son doble cara logran justo el efecto contrario en base a engaños.
Qué malo es hacer el bien y recibir a cambio malos tratos y situaciones adversas derivadas de ese acto. Peor aún es ver gente que adrede hace el mal y que a cambio de su actitud parece recibir beneficios, elogios y simpatías.
Qué malo en esta época insistir en calidad cuando al resto de la gente le da tres pitos. Qué malo creer en la humanidad aún cuando hay indicios de que en su mayor parte está podrida. Qué malo es tener buenos sentimientos cuando la mayoría de quienes nos rodean tienen sentimientos contrarios. Qué malo es tener la razón cuando se plantean situaciones porque lo mas probable es que eso irrite a los demás y secretamente deseen el mal. Qué malo no tener con quien hablar porque todo termina en chisme. En fin, qué malo es lidiar con gente. Es una de las cosas más difíciles e irritantes del mundo.
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