¿Son damnificados realmente?

31 años hace del paso del ciclón David por el país, y si no fuera porque cada año para estas fechas salen a relucir unos supuestos damnificados, el aniversario pasaría como un día más.

Muy mal que el Gobierno de aquel entonces no hubiese hecho lo posible por resolver la situación, lo que no se entiende es que a estas alturas se esté hablando de "damnificados" y que todavía se esté exigiendo al actual gobierno una solución.

31 años es mucho tiempo, tanto que los niños de esa época son hoy adultos hechos y derechos que probablemente ya han formado su propia familia, tal como se puede ver en el reportaje que presenta el periódico Hoy, donde expone la situación de 288 familias que viven en Canta La Rana, Los Alcarrizos, en barrancones improvisados tras el paso del ciclón el 31 de agosto de 1979.

¿Son realmente damnificados, o se trata este de un típico caso de gente aprovechada que pretende que todo se lo resuelva otro? No entiendo como esas familias no pudieron hacer un esfuerzo propio en 31 años para mejorar sus condiciones de vida. Lo que menos entiendo es la presencia de niños en ese grupo de "damnificados", pues ellos constituyen en sí mismos una paradoja.

Este es un caso en el que se mezclan la desidia, la falta de interés propio, el paternalismo que caracteriza a buena parte del estado y la sociedad dominicanas y la ineficiencia gubernamental de la que habla el periódico Hoy, solo que esta ineficiencia no tiene que ver con los fallos en el proceso de reubicación de estas familias. En realidad, la cosa se relaciona más con la educación del pueblo a todos los niveles: escolar, de formación familiar y hasta de cultura. También va por el lado de la falta de controles estrictos para evitar este tipo de situaciones.

A veces da la impresión de que no hay una cultura de trabajo en el país, que las grandes masas pretenden que venga otro, preferiblemente el gobierno, a sacarlos del apuro. Casos se ven a diario: niños pidiendo en las calles, familias paupérrimas con 6 muchachos al hombro y otro en camino, jovencitas menores de 15 años dando a luz, incesto, violaciones, y un largo etcétera. En cada caso hay un ingrediente de irresponsabilidad, ignorancia y falta de educación a partes iguales.