Tony Walton/Daily Mail |
Turistas británicos en un hotel de Puerto Plata hicieron un piquete a su representante de viajes luego de que un grupo de turistas locales (léase, dominicanos) llegaran e invadieran el lugar de una manera tal que no dejaron comida e hicieron de las suyas en la piscina.
Esto pudiera parecer un chiste, la trama de una comedia de esas de Hollywood o el contenido de un sitcom sarcástico, pero no lo es. Se trata de la vida real, y por ser esta la vida real, las consecuencias son de lo más reales.
¿Qué tan mal se comporta el dominicano promedio cuando sale a vacacionar a uno de estos hoteles? Si bien no podemos meter a todo el mundo en el mismo saco, la mayoría deja mucho que desear. En esos hoteles todo incluido vemos que el dominicano promedio va a matarse su hambre y, en consecuencia, le saca el máximo provecho a todo. En los buffets se sirven dos y tres veces, con el plato rebosante. No conformes con eso, se lo beben todo también.
Quienes pagan por un todo incluido dirán que la idea es justamente esa, sacarle el máximo provecho a todo lo que incluye el hotel, pero esta es una filosofía errada. Llegar a un sitio y ahuyentar con nuestro comportamiento al resto de los que están allí debería movernos a reflexión.
¿Creen ustedes que este episodio ayuda a consolidar el turismo en la República Dominicana? ¿Cuál es la posibilidad de que esos turistas británicos vuelvan a vacacionar aquí?
El daño va más allá de estas cuestiones. Cada uno de esos turistas británicos tiene familia y amigos a quienes les contarán de su desagradable experiencia. Probablemente usen redes sociales. Ya el Daily Mail, un periódico inglés disponible online, publicó un artículo al respecto. Esta es una historia que ya le dio la vuelta al mundo, con todas las consecuencias que ello pudiera acarrear.
Necesitamos tomar conciencia. Cierto es que este comportamiento de querer arrarsar con todo tiene su explicación en las carencias que suelen enfrentar los dominicanos en su mayoría. También tiene su explicación en la mala calidad de la educación casera y escolar. El asunto es más complejo de lo que parece y va más allá de un grupo de británicos quejándose de que sus vacaciones resultaron arruinadas por unos pocos dominicanos que se comportaron bárbaramente.
Este país vive en gran medida del turismo, pero nuestra cultura no nos deja asimilar qué es lo que eso significa e implica. Ofrecemos buenos hoteles, buenas playas, buenas infraestructuras, pero entonces tenemos ciudades y pueblos en condiciones deplorables. Nos andamos matando en calles y carreteras. La delincuencia cada día crece, convirtiéndose en amenaza para extranjeros y locales. ¿Y así queremos turismo? La ecuación no da.
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