Primero fue por una cuenta que dejó a más de uno escandalizado a nivel de las redes sociales. Meses después, acaparó medios digitales y tradicionales por supuesta discriminación, denunciada por una doctora a la que no dejaron entrar para participar en un evento al que estaba invitada. Y ahora, luego de todo el ruido generado por ese incidente, nos enteramos de que en el fin de semana un jovencito de 17 años fue severamente golpeado.
Imagen: Arquitexto |
Hablo nada menos que de "La Chismosa", un restaurante-bar ubicado en un área premium de la zona metropolitana de Santo Domingo y que de momento parece hacerle bastante honor al nombre.
En diciembre pasado, cuando estuvo en sus buenas el caso de la factura aquella, hice un artículo en este blog que históricamente es uno de los que más visitas y comentarios ha generado. En aquel entonces el sitio era muy nuevo y no había referencias concretas de su existencia. Para colmo, al llamar al número de teléfono que figuraba en la factura, nadie contestaba.
Meses después, se hizo más que eviente que el sitio era real y, peor aún, un reflejo directo de tan desafortunado nombre. El caso de la doctora rebotada generó en efecto un chisme, uno bastante grande y de consecuencias variadas. El caso del fin de semana, donde se reporta que un joven de 17 años llamado Eduardo Morales quedó severamente herido, también ha generado un chisme de grandes proporciones.
La verdad es que "La Chismosa" tiene un nombre que incita a muchas cosas, ninguna de ellas buena. Habrá quien diga que un nombre es sólo eso, un nombre, pero, en este caso particular, parece haber marcado la pauta y el destino desde el principio.
Como suele ocurrir en esta sociedad que no se define y que vive copiando de fuera, los dueños de "La Chismosa" quisieron posicionar el establecimiento cómo lo último en "posh" (lo que algunos interpretan como arrogancia): elegante y sólo para gente que sabe apreciar lo fino, o al menos eso es lo que se deduce del par de reseñas iniciales que aparecieron en las secciones sociales de varios periódicos locales. Sin embargo, como para contrastar, el nombre es cualquier cosa, menos fino.
"La Chismosa" y la gente que regentea este espacio deben revisarse. En alrededor de 7 meses el sitio se ha dado a conocer, pero con referencias más negativas que positivas. Conozco gente que ha ido por curiosidad, a ver si es verdad que no las van a dejar entrar. Hay gente que dice que el lugar es bonito, pero nada del otro mundo, y que los precios no se justifican. Como no he ido, ni pienso ir, no puedo opinar nada, tan solo lo que está a la vista.
Decía alguien en Twitter que el incidente del fin de semana no tiene que ver con el nombre, ya que el problema es la gente en sí. Esto puede ser así, pero en parte el problema viene por la forma en como se mercadean estos sitios. Históricamente los sitios que se posicionan como lo más exclusivo, al menos en esta ciudad, terminan cerrando rápido tras una serie de escándalos que involucran acusaciones de racismo y feos enfrentamientos a golpes entre clientes que por lo general son recurrentes.
Supuestamente el último incidente involucra estudiantes de UNIBE que celebraban su graduación, y, según se dijo hoy en "El Sol de la Mañana", no sería la primera vez que exhiben un comportamiento así. ¿Dónde está la exclusividad? Es hora de aprender que tener dinero jamás equivale a tener clase. Aquí suelen confundirse esos dos conceptos.
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