Imagen: School Psychology Blog |
Situaciones incómodas, problemas, contratiempos. A todos nos pasa, en mayor o menor medida, porque estas cosas son parte inevitable de la vida misma. Dependiendo de las situaciones que se presenten la gente reacciona de manera adecuada o extrema, y en cada caso el tipo de respuesta, además de ser muy personal, refleja las convicciones, formación y personalidad del individuo.
Hay gente que se lleva al 100 por ciento del refrán aquel de "al mal tiempo, buena cara". Otros son incapaces de disimular su disgusto o angustia cuando enfrenta situaciones desagradables. ¿Cuál de los dos enfoques es el más correcto? Esta pregunta resulta difícil de contestar porque hay muchas vertientes desde las cuales se puede mirar.
¿Es correcto disimular las emociones negativas? La sociedad humana ha evolucionado hacia un patrón donde se pone demasiado énfasis en lo positivo, donde la gente que siempre muestra una sonrisa, aún sea falsa, lleva casi todas las de ganar. En esa misma medida se tiende a condenar a quienes no siguen este patrón de conducta, con la consecuencia de que estos terminan aislados o marginados por sus congéneres. Este fenómeno se puede observar en la escuela, la universidad, el trabajo y en cualquier sitio donde de manera habitual confluya gente.
Nadie quiere estar cerca de gente que muestra una mala cara o que con sus gestos manda un claro mensaje de que tiene alguna situación que le está generando angustias o mal humor. La gente, en su mayoría, al menos, tiende a alejarse, con el agravante de que juzga y se hace ideas que luego difunde, muchas veces sin fundamento alguno. Solo unos pocos se salen de ahí y tratan de tener alguna comprensión y/o simpatía.
Si bien este asunto de disimular las emociones hace ganar puntos en el contexto de la sociedad, a nivel interno y personal la situación puede ser distinta. Algunos expertos en comportamiento humano advierten que la frecuente represión de emociones puede tener consecuencias negativas a la larga, pues al no darles salida se van acumulando y llega en un momento en que simplemente no hay más espacio. Es ahí entonces cuando estalla la gente y se ven casos lamentables de gente que se suicida o que comete otras atrocidades, como matar a otros.
Las situaciones incómodas van a existir siempre, y lo ideal es buscar la manera de solucionarlas rápida y adecuadamente, y esto es algo que requiere de reflexión y análisis. Si estamos cargados de emociones, se dificulta este proceso, y por eso todos deberíamos tener la oportunidad de expresar esas cosas sin temor a ser juzgados.
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