A la hora de publicar noticias hay que tener cuidado de no ajustar las informaciones a nuestro antojo y forma de pensar. El periodismo debe ser objetivo y ético, apegarse únicamente a los hechos, sean estos favorables o no a ciertos intereses.
El comentario viene a raíz de las noticias publicadas en un diario de circulación nacional, donde se puso en entredicho el informe que dio la Oficina Nacional de Meteorología (ONAMET)respecto a la cantidad de lluvias caídas en territorio dominicano durante la tormenta Olga. En primera plana salió la noticia que daba cuenta que nada menos que la NASA, la agencia de aeronáutica y espacio de los Estados Unidos, había certificado que habíamos recibido una cantidad de lluvia considerablemente menor a la reportada por Meteorología.
No importa que la medición de la NASA sea satelital y que la de ONAMET sea en tierra, con la ayuda de pluviómetros, y por ende más precisa, la noticia tuvo un efecto inevitable: desacreditar a las autoridades dominicanas, que de por sí estaban en la mira por el asunto del desagüe de la presa de Tavera en Santiago. La noticia en cuestión no informó el por qué de las diferencias en las mediciones ni advirtió que las mediciones en tierra son más precisas que las satelitales. Sencillamente se hizo eco de la enorme diferencia entre los datos de la prestigiosa NASA y ONAMET.
Como para que no le acusaran de manipular información, fue al día siguiente que el matutino en cuestión publicó esos aclarandos, pero ya era tarde: la noticia anterior había surtido su efecto. La directora de ONAMET, en vista de esta situación, solicitó al científico de la NASA una explicación satisfactoria, y la respuesta no pudo ser más interesante.
A todas luces, aunque la responsable de las noticias que comparaban datos de la NASA contra los de ONAMET se empeña en negarlo, se trató de una manipulación con intenciones que no hace falta mencionar aquí. Más detalles en la edición de hoy de Listín Diario.
El comentario viene a raíz de las noticias publicadas en un diario de circulación nacional, donde se puso en entredicho el informe que dio la Oficina Nacional de Meteorología (ONAMET)respecto a la cantidad de lluvias caídas en territorio dominicano durante la tormenta Olga. En primera plana salió la noticia que daba cuenta que nada menos que la NASA, la agencia de aeronáutica y espacio de los Estados Unidos, había certificado que habíamos recibido una cantidad de lluvia considerablemente menor a la reportada por Meteorología.
No importa que la medición de la NASA sea satelital y que la de ONAMET sea en tierra, con la ayuda de pluviómetros, y por ende más precisa, la noticia tuvo un efecto inevitable: desacreditar a las autoridades dominicanas, que de por sí estaban en la mira por el asunto del desagüe de la presa de Tavera en Santiago. La noticia en cuestión no informó el por qué de las diferencias en las mediciones ni advirtió que las mediciones en tierra son más precisas que las satelitales. Sencillamente se hizo eco de la enorme diferencia entre los datos de la prestigiosa NASA y ONAMET.
Como para que no le acusaran de manipular información, fue al día siguiente que el matutino en cuestión publicó esos aclarandos, pero ya era tarde: la noticia anterior había surtido su efecto. La directora de ONAMET, en vista de esta situación, solicitó al científico de la NASA una explicación satisfactoria, y la respuesta no pudo ser más interesante.
A todas luces, aunque la responsable de las noticias que comparaban datos de la NASA contra los de ONAMET se empeña en negarlo, se trató de una manipulación con intenciones que no hace falta mencionar aquí. Más detalles en la edición de hoy de Listín Diario.
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