No sé cómo llegamos hasta ahí, pero lo cierto es que desde hace años American Airlines (AA) mantiene una especie de monopolio con el mercado dominicano, cosa que es aún más marcada cuando se trata de vuelos desde y hacia Nueva York.
En los tiempos en que Dominicana de Aviación volaba, la otra opción si quería evitarse retrasos, sorpresas y estrés inncesarios era AA, pues PanAm, que también ofrecía el servicio, estaba desacreditada y a punto de declararse en bancarrota. Así las cosas, AA fue aumentando su presencia en el mercado local, y, quien sabe si con la anuencia de las autoridades de turno, fue cerrando el paso a otras aerolíneas.
Los que hemos viajado con alguna frecuencia nos hemos visto siempre con pocas opciones para viajar a Estados Unidos, ya sea a Nueva York o a Miami, los destinos más populares. Areolíneas han venido y han salido estrepitosamente, algunas de capital dominicano, otras de capital mixto. APA, Aeromar y otras tuvieron sus breves momentos de gloria, que por desgracia no fueron duraderos.
Si AA ofreciera servicios y condiciones adecuadas a los dominicanos, este escrito no tuviera razón de ser. Pero lo cierto es que el peor trato en aviación lo recibimos de American. Viaje por Delta o Continental y notará la diferencia en el servicio. Viaje por American y no tardará en sentirse humillado y maltratado por un personal poco profesional al que le falta poco para ladrarle. Y lo grave del caso es que ese trato deficiente solo ocurre aquí, en suelo dominicano, o en vuelos que se dirigen directamente hacia acá. El contraste en servicio es del cielo a la tierra en vuelos domésticos dentro de Estados Unidos.
No conformes con tener a los dominicanos en la palma de la mano, AA abusa de su condición de monopolio reduciendo el número de vuelos desde Nueva York justo en esta época, cuando miles de dominicanos desean viajar a su tierra para disfrutar con los suyos de las navidades. ¿El efecto? Pasajes más caros, por supuesto. Me pregunto hasta cuándo tendremos que aguantar los abusos de American Airlines.
Por favor, voten en la encuesta que se encuentra a la derecha.
En los tiempos en que Dominicana de Aviación volaba, la otra opción si quería evitarse retrasos, sorpresas y estrés inncesarios era AA, pues PanAm, que también ofrecía el servicio, estaba desacreditada y a punto de declararse en bancarrota. Así las cosas, AA fue aumentando su presencia en el mercado local, y, quien sabe si con la anuencia de las autoridades de turno, fue cerrando el paso a otras aerolíneas.
Los que hemos viajado con alguna frecuencia nos hemos visto siempre con pocas opciones para viajar a Estados Unidos, ya sea a Nueva York o a Miami, los destinos más populares. Areolíneas han venido y han salido estrepitosamente, algunas de capital dominicano, otras de capital mixto. APA, Aeromar y otras tuvieron sus breves momentos de gloria, que por desgracia no fueron duraderos.
Si AA ofreciera servicios y condiciones adecuadas a los dominicanos, este escrito no tuviera razón de ser. Pero lo cierto es que el peor trato en aviación lo recibimos de American. Viaje por Delta o Continental y notará la diferencia en el servicio. Viaje por American y no tardará en sentirse humillado y maltratado por un personal poco profesional al que le falta poco para ladrarle. Y lo grave del caso es que ese trato deficiente solo ocurre aquí, en suelo dominicano, o en vuelos que se dirigen directamente hacia acá. El contraste en servicio es del cielo a la tierra en vuelos domésticos dentro de Estados Unidos.
No conformes con tener a los dominicanos en la palma de la mano, AA abusa de su condición de monopolio reduciendo el número de vuelos desde Nueva York justo en esta época, cuando miles de dominicanos desean viajar a su tierra para disfrutar con los suyos de las navidades. ¿El efecto? Pasajes más caros, por supuesto. Me pregunto hasta cuándo tendremos que aguantar los abusos de American Airlines.
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