Ser positivo, ¿es tan bueno como dicen? Al enfrentar una situación desagradable el desenlace final a veces depende de la actitud que asumamos. Reaccionar de manera agresiva tan solo empeora las cosas, al igual que deprimirse o ponerse a llorar. Una reacción calmada y proactiva, enfocada en la búsqueda de soluciones, siempre será lo más adecuado, pero se trata de una reacción que está condicionada a la forma de pensar de una persona y las circunstancias que rodean la situación.
En todo lo que he mencionado, con la excepción de la pregunta inicial, no ha habido elemento de positivismo. Cuando estamos enfrentado un problema no hacemos nada pensando que todo va a salir bien si no emprendemos alguna acción en ese sentido. Hay situaciones de la vida, ya sean de carácter personal, laboral o académico que no se resuelven con buenos pensamientos nada más. Incluso, es posible que en algunas instancias pensar positivamente tenga un efecto negativo a la larga.
¿Cómo así? Hay cientos de casos que ilustran el punto, pero se puede resumir en lo siguiente: cuando el resultado real es peor al resultado esperado, el desencanto no se hace esperar. Así, por ejemplo, si a una persona le han diagnostican una enfermedad grave y se hace la idea de que pensando positivamente todo va a salir bien y luego resulta que no hubo mejora, hay un desencanto en ciernes para el paciente y su familia.
Barbara Ehrenreich trata el tema en un libro que para muchos ha resultado controversial porque pone en entredicho todo ese asunto del poder del pensamiento positivo. A Ehrenreich le tocó lidiar con cáncer de mamas en el año 2000 y mientras batallaba con la enfermedad se topó de frente con la realidad del positivismo y de cómo esta idea ha llegado a formar parte de la cultura popular de una manera que quizás pocos imaginan.
Todo este asunto de pensar positivamente se ha salido de las manos en el sentido de que hay gente que cree ciegamente en el poder que se le confiere a eso, y jura que solamente con la actitud correcta podrá enfrentar cuantos obstáculos enfrente en su vida. Son personas que en su afán de ver las cosas positivamente ignoran los hechos y las advertencias, tildando de paso de negativos y pesimistas a quienes tratan de hacerles entrar en razón.
Quizás la culpa de esta forma de pensar tenga que ver con la enorme cantidad de libros que tratan el tema en profundidad, libros que están escritos en un lenguaje que resulta atractivo y empoderador, comparables muchas veces a la forman en que los miembros de una secta religiosa pregonan sus creencias. Mientras tanto, es mucha la gente que ha caído víctima del falso positivismo, a veces de manera irremediable.
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