Ir al contenido principal

Salarios, competitividad y vida digna

 
 
Ilustración: Matt Kenyon (The Guardian)
Decía Henry Ford 100 años atrás que sólo con sueldos adecuados prosperan los pueblos y la misma industria que provee esos salarios.
 
Estas palabras, a pesar de toda la lógica que tienen, han pasado al olvido. Al día de hoy parece haber una competencia entre empresas e industrias para ver quien paga menos porque, extrañamente, en eso se basa la famosa competitividad de la que tanto se habla.
 
Competitividad, que se supone es una serie de condiciones que permite a una empresa ser más eficiente que otra en sus gastos, permitiéndole por ende tener mejores márgenes de ganancias, es un concepto que va en detrimento de los trabajadores porque ellos son los que más sufren bajo este esquema.
 
¿Cuántas veces no hemos visto en las noticias que tal empresa multinacional decide abandonar sus operaciones en este u otro país porque le resulta más rentable irse a otro? Generalmente la excusa va por el lado de los salarios, lo cual puede traducirse burdamente en lo siguiente: encontraron otro país donde la gente, por necesidad, está dispuesta a trabajar más y por menos.
 
Esta dinámica de hacer negocios "competitivos" produce dos efectos contradictorios: empresas cada vez más ricas, con beneficios que sólo se ven entre sus principales directivos, y trabajadores comunes cada vez más pobres y explotados, sin condiciones para vivir dignamente y dependientes de un trabajo donde los maltratan.
 
Este asunto de la competitividad es el resultado de un capitalismo feroz donde los ricos tienden a ser más ricos y los pobres, pues más pobres. Hasta cierto punto es una visión estúpida porque se supone que si la comunidad donde se opera goza de buenos salarios y condiciones adecuadas de vida entonces sus habitantes pueden contribuir a generar más ganancias a la empresa en cuestión. Este era justamente el pensar de Henry Ford, y es algo que hace bastante sentido. Pero a los poderosos capitalistas, aquellos que tienen tantos millones que ya no encuentran que hacer, eso no les importa. Su vida está resuelta.
 
Entonces, de Henry Ford pasamos a Danilo Medina, que esta semana se quejó públicamente de algo parecido: 56% de la población económicamente activa gana menos de RD$10,000, algo que impide a muchos tener su propia vivienda.
 
Diez mil pesos. Cualquiera que viva en la República Dominicana sabe que eso no es dinero y que cualquier alquiler decente vale el doble de eso. A ese alquiler hay que sumar gastos en combustible comida, luz, agua, colegio y un largo etcétera. Con un salario de diez mil pesos mensual y todos esos gastos, ¿cómo se ahorra siquiera para el inicial de una vivienda? Es simplemente imposible.
 
Sin embargo, a pesar de esta realidad, a las empresas les encanta ofrecer salarios que apenas llegan a los veinte mil pesos, con exigencias a veces exageradas en cuanto a formación, capacidad y experiencia. ¿Se justifica esto? No. Pero, en nombre de la famosa competitividad, los primeros en oponerse a aumentar sueldos son los empresarios. ¿Y entonces?
 
Extrañamente, el sector público ofrece mejores salarios que el sector privado, y eso quizás explica por qué tanta gente intenta entrar ahí, fomentando el fenómeno de las botellas. Lo ideal es que sea al revés, que el sector privado sea el que ofrezca mejores oportunidades y condiciones. Pero, una vez más, la ambición le gana a la lógica.
 
Por cierto, esta queja por bajos salarios es generalizada. En Estados Unidos hay una real preocupación al respecto, lo mismo que en Reino Unido y otros países europeos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¡Gracias!

Gracias a todos los que comentaron y mandaron sus felicitaciones a través del correo y servicios de mensajería. Los lectores son lo más importante en un blog, y es deber de quien escribe tratarlos siempre con respeto, lo cual se hace brindando contenido de calidad, manteniendo una postura abierta a opiniones que no siempre van a coincidir con nuestro parecer y respondiendo de manera oportuna a cualquier pregunta y/o petición que se haga. Tengo la suerte de contar con un selecto grupo de lectores que se preocupa por opinar y aportar al debate de una manera respetuosa y objetiva, sin chismes ni palabras descompuestas, que es justamente el enfoque de Grado Seis. Les reitero las gracias a todos, y por aquí seguimos en contacto.

Gente sin personalidad

Imagen: psychology studies "Tu personalidad te define". ¿Quién no ha escuchado esta expresión alguna vez? Es muy cierto: de nuestra actitud dependen muchas cosas. El éxito en las relaciones interpersonales, por ejemplo, el desarrollo de nuestras carreras profesionales, e incluso el sitial que se ocupe dentro de la sociedad a la que se pertenezca. Sin embargo, la personalidad va más allá de la actitud, y a veces viene definida en gran medida por el entorno donde se desarrolla la persona y las experiencias que le acompañan. El tema es sumamente complejo por la cantidad de variables que intervienen. Es muy fácil escribir un artículo de autoayuda donde se hablen maravillas de lo que una personalidad fuerte y bien definida puede hacer por el lector. Hay gente en esta vida que tiene su personalidad sumamente definida, que no se lleva de modas y actúa de acuerdo a sus creencias y valores. La antítesis son personas con una personalidad tan endeble que quedan a merced de cual

Dengue: lo mismo de cada año

Imagen: noticiero9.com.ar A estas alturas de juego todo el mundo sabe lo que es el dengue, cómo se transmite, cuáles son sus síntomas y cual es la mejor manera de prevenir la enfermedad. Sin embargo, cada año para estas fechas está instalado el mismo drama: emergencias públicas y privadas repletas de pacientes, reportes de muertes que van en aumento y detección de miles de casos sospechosos. Después de que los periódicos se pasan par de semanas con la misma cantaleta del dengue, entonces vienen las reacciones. Que los médicos no están aplicando el protocolo de lugar, que las lluvias de los últimos días son la causa de la aparición del mosquito del dengue y por ende de la epidemia, desmentido de cifras, llamado a la calma y un largo etcétera. Mientras se debate si las autoridades de Salud hacen su trabajo o no, la epidemia de dengue se ve reforzada por la aparición de casos de leptospirosis y malaria. ¿Qué está pasando aquí? Una combinación de muchos factores. Por un lado, escasea la hi

"La Chismosa" que tiene a todos de cabeza

En esta semana ha estado circulando por las redes sociales la foto de una supuesta cuenta por RD$352,398.00 consumida en un bar del polígono central de Santo Domingo.   El bar en cuestión se llama "La Chismosa" y no ha sido poca la gente que se ha puesto a analizar el detalle de la cuenta, que aparece en todo su esplendor en Facebook y Twitter. Entre otras cosas, la cuenta incluye el descorche de 24 botellas de champagne -que se presume fueron llevadas por el dueño de la actividad-, 15 botellas de Perrier-Jouët Rosé, 1 botella de Perrier-Jouët Mathusalem, 5 botellas de Patrón XO Café y comida variada.   Los mismos que analizan la cuenta no han dejado de escandalizarse por la cifra final, RD$352,398.00. Hay quienes señalan que con tal derroche de dinero se saca el inicial de una casa, mientras que otros se lamentan que mientras tanta gente pasa trabajo otros gasten su dinero de una manera tan fácil. Otros más -la mayoría, de hecho-, se preguntan quién o quiénes consum

La importancia de las reglas y su cumplimiento

John Crane Ltd. Aún cuando el ser humano aspira a ser libre, la realidad es que está sujeto a reglas a lo largo de su vida, algunas por vía de la sociedad en que vive y las autoridades correspondientes, otras auto-impuestas.   Sería fantástico para algunas personas no tener que vivir con reglas, no tener que seguir las normas dictadas por otro, en fin, hacer lo que le venga en ganas, cuando quiera y como quiera. Gozar de ese grado de libertad, a pesar de lo ideal que suena, no es tan idílico en la práctica. Se ha demostrado una y otra vez que la gente necesita algún tipo de estructura en su vida, un orden que le permita organizar su tiempo y sus recursos para alcanzar las metas a las que aspira.   Esta realidad la vemos en todas partes. En el hogar la mayoría de la gente tiene rituales que sigue con cierto rigor: se despierta a una hora específica que le permite preparárse para llegar a su trabajo o centro de estudios. Una vez llega a su destino, allá también hay una serie