El efecto Anonymous

A base de muchas páginas tumbadas, el subsiguiente caos y el tanteo a través de medios no tradicionales como Twitter todos sabemos lo que es Anonymous y de lo que son capaces. Asimismo, a través de los años, hemos visto como el colectivo hacktivista ha cambiado sus tácticas, pasando de de ataques DDoS a operaciones más sofisticadas y potencialmente más peligrosas.

 

Luego de demostrar su poder de convocatoria en la navidad de 2010, cuando decidieron tumbar los websites de Visa y Mastercard en uno de los días más activos del año a nivel de compras online en represalia por el arresto de Assange y todo el caso Wikileaks, el nombre de Anonymous se convirtió en algo conocido y temido por algunos sectores de la sociedad a nivel internacional.

 

Para algunas personas, Anonymous está conformado por un grupo de anarquistas que disfrutan de romper las reglas y regar el caos. Para otros son personas que disfrutan demostrando de qué son capaces a un nivel que para mucha gente representa una dimensión desconocida. Hay también quienes piensan que son un grupo de muchachos caprichosos que no tienen idea de lo que están haciendo y que desean que paguen caro sus hazañas.

 

No hay forma de definir con exactitud lo que es Anonymous, y el hecho de que se identifican con la figura de un hombre cuya cabeza ha sido sustituida por un signo de interrogación da la idea de que prefieren mantenerse así. La otra forma de identificación es la careta que representa a Guy Fawkes, un conspirador católico que pasó a la historia con la "Conspiración de la Pólvora", que quedó inmortalizada en la celebración anual de "la noche de las hogueras" en sitios como Reino Unido, Nueva Zelanda, Canadá y Sudáfrica.

 

Anonymous ya no es solo Anonymous. Numerosos grupos, algunos de ellos ya disueltos, otros inactivos y varios de reciente entrada, tumban páginas, hacen defacement y hackean cuentas a nombre de Anonymous. Además, el movimiento no está concentrado en un solo lugar, sino que en cada país van surgiendo sectores o capítulos que establecen cuentas, tantean a negocios y gobiernos, hacen amenazas a través de videos y en general hacen de las suyas. República Dominicana no es la excepción y par de veces ha habido ataques dirigidos a páginas de gobierno.

 

Hay quienes dicen que la versión local de Anonymous no pasa de ser una burda imitiación del movimiento original, e inclusio se señala la participación de gente y organizaciones específicas que desvirtuarían su naturaleza. Siendo Anonymous un colectivo tan grande y dispar, al punto que nadie sabría encasillarlo en una categoría específica, las imitaciones ciertamente son una posibilidad.

 

En el caso de la RD llama la atención la forma hasta cierto punto inmadura en que se manejan los anónimos, informando de ataques particulares con videos de calidad inferior y con semanas de antelación, algo hasta cierto punto contraproducente. También llaman la atención las causas esbozadas para cada ataque, causas que a veces se alejan mucho de la forma en que opera Anonymous fuera de aquí, y el hecho de que aparentemente no han evolucionado hacia otras formas de ataque fuera de los DDoS.

 

En algunas personas la sola mención de Anonymous causa pánico, mientras que otros lo ven con incredulidad. Lo que no se debe poner en duda jamás es que alguna reacción generan, y ese es en esencia el efecto Anonymous, al menos en la RD.