Arizona acaba de estrenar una de las peores leyes anti-inmigratorias en la historia de los Estados Unidos, y si bien está supuesta a ser aplicada a todo inmigrante ilegal, desde ya se sabe que el verdadero propósito de la misma es hacer una batida específicamente contra los mexicanos.
No importa que Arizona haya sido robado a los mexicanos, de nada vale que los mexicanos son parte del soporte de la economía y que ellos suplen en su mayoría trabajos que los estadounidenses no están dispuestos a hacer. No señor, Arizona pertence a los estadounidenses y por eso dentro de dos meses empezará a aplicarse una ley que ha sido calificada de racista y que se prevé traerá consigo un considerable aumento en el número de demandas civiles.
¿Por qué tanto alboroto? Porque con esta nueva ley los policías de cualquier denominación estarán autorizados a detener a cualquier persona por cualquier motivo "razonable" y preguntar acerca de su estatus legal en Estados Unidos. Por "motivos razonables" se entiende el aspecto físico, y por eso es que los propios residentes de Arizona ya saben lo que les espera, a la vez que dicen que esto solo aplica a mexicanos. Los blancos, sean europeos o canadienses, no tendrán problemas de ninguna clase.
Tan estricta y dura es esta nueva ley, aprobada hace dos días, que el propio presidente Barack Obama la ha criticado fuertemente, lo mismo que grupos de activistas pro-derechos humanos. ¿Lo más paradójico? Que esto viene de la misma gente que critica a la República Dominicana cuando decide ejercer su derecho de repatriar haitianos que están ilegalmente en el país.
De tan solo ponerles un dedo encima, ya están la ONU, Estados Unidos y demás yerbas acusando a la RD de racismo, xenofobia y discriminación contra los haitianos. Pero cuando es Estados Unidos que decide ponerle un STOP a los mexicanos, la cosa es diferente. Por mucha pataleta que se haga en este caso de Arizona, lo más probable es que la ley permanezca, y aún si se decidiera suavizarla, será cuestión de tiempo antes de que se aplique tal como está concebida.
Mientras hay un gran debate en Arizona y en medio mundo, EE.UU. sigue construyendo su muro en la frontera mexicana, el sheriff de Maricopa sigue aplicando macana contra los mexicanos y los Minute Men siguen en su afán de sacar de su territorio a quienes ellos consideran "invasores" (o será al revés?). Todo esto pasa en una nación que se jacta de ser el producto de la inmigración y que relegó a un segundo plano a sus habitantes originales, los indios Navajo. Después que no digan cuando los demás países decidan aplicar sus leyes anti-inmigratorias.
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En la imagen: protestas tras la aprobación de la ley (CBS)
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