Sólo cuando se acerca el 2 de noviembre, la fecha en que se celebra el Día de los Finados, es que las autoridades se acuerdan de limpiar los cementerios, y no es que hagan gran labor por la prisa que tienen. Aquí cabe decir que es como para añadir insulto a la herida: encima de la pena que embarga a quienes acuden al cementerio, tienen estos que cuidarse de no caerse o enredarse en el lodo porque las "avenidas" están intransitables o son prácticamente inexistentes.
Desde MONACO pedimos a las autoridades de lugar poner un poco más de cuidado en los cementerios y copiar del ejemplo que ofrecen otras ciudades de Europa y América, donde prevalece el concepto de parque-cementerio. Después de todo, deben ser estos lugares sagrados donde la gente pueda despedir o visitar a sus familiares ya idos con sosiego y paz. Ya que mencionamos el concepto parque-cementerio, vale notar que en el país opera Puerta del Cielo, un cementerio de capital privado, lo que nos pone a pensar que hasta eso hay que privatizar porque de otra manera no funciona.
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