Cada cierto tiempo nos topamos con gente que aparenta estar perennemente aburrida, harta o desinteresada. Son personas que apenas sonríen y que en general no dan una sensación de calidez o bienvenida durante encuentros al azar en la calle, en los pasillos del trabajo o en cualquier otro entorno impersonal.
Sería fácil tildar a estas personas de “frías”, “desagradables” o incluso “odiosas”, pero en realidad la cuestión ni es tan sencilla ni tan superficial como pudiera parecer. Hay millones en personas que por razones diversas no se sienten a gusto “compartiéndose” o poniéndose “accesible” al resto de la gente. Puede ser que en su niñez hayan tenido situaciones de rechazo grupal o simplemente que no se sientan cómodas recibiendo atención no solicitada.
Una persona con el perfil descrito anteriormente buscará la forma de pasar desapercibida y de no llamar la atención. Bajo perfil, privacidad y discreción son las claves de estas personas. No es que tengan nada en contra del resto de la humanidad ni tampoco es cierto que se sienten a disgusto con la vida en términos generales, como dicen algunos. Es más, puede que se trate de una persona tímida o que a base de malas situaciones simplemente desconfía de los otros, algo perfectamente entendible en esta sociedad tan enrarecida de hoy.
Antes de juzgar a una persona que se presenta en público como poco amigable o reservada es menester tratarla. Solo así se podrá hacer un juicio realista de la persona, con la ventaja de que es muy posible que través del trato personal se descubra a una persona dulce, cariñosa, incondicional y decente.
Hay que recordar que las cosas no siempre son lo que parecen. No porque una persona esté siempre sonriente significa que no tenga problemas o que sea amigable. Al revés pasa igual. Andar con la cara seria no significa que se sea severo o desagradable. Es importante respetar la forma de ser de ser de cada persona y entender sus motivaciones. Todos tenemos nuestra historia y nuestras experiencias que nos moldean e influencian.
Para quienes se preguntan por el título de este escrito, está inspirado en Melania Knauss, la primera dama de los Estados Unidos, una señora con porte y estilo impecables pero que es incesantemente criticada por tener una cara siempre seria y de “pocos amigos”.
Quienes critican a Melania y a cualquier otra persona con esta característica no se detienen a pensar en la presión o las circunstancias de vida del otro, y eso es malo, porque pretendemos en cambio que se nos entienda y respete.
¿La conclusión de este escrito? No juzgue tan rápido. Dele un chance a los demás de expresarse como son.
Hay millones en personas que por razones diversas no se sienten a gusto “compartiéndose” o poniéndose “accesible” al resto de la gente.
ResponderEliminarMe anoto.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLo eliminaste, pero no importa. Fue leído, y se te responderá. Lamento informarte que en un caso así no estás lidiando con una persona, sino con un HULK. Feliz resto del día.
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