Los sueños son fascinantes, tanto que por décadas se ha tratado de estudiar y conocer más a fondo un fenómeno que sin duda guarda una estrecha relación con la creatividad e imaginación del ser humano.
El acto de soñar sigue siendo un misterio, y lo cierto es que los propios sueños califican de esto al ni siquiera dejarse agarrar por su creador al despertar.
"El tiempo atravesado", de René Magritte (1939) |
Hay quienes recomiendan tener una libreta y lapicero a la mano para anotar aquello que soñamos al despertar, pero a veces ni así logramos retener la esencia, solo momentos y pedazos de una acción que se desarrolló en nuestro subconsciente con tal grado de realidad que a veces hasta nos despertamos cansados, con la sensación de que no hubo descanso alguno.
Los sueños conforman un universo muy variado y si algo puede inferirse de este fenómeno es que guardan estrecha relación con la persona que los hace, su entorno, sus relaciones, su actitud ante la vida y su personalidad.
Hay gente que se sueña con el día a día, probablemente uno de los tipos de sueño más repetitivos y desagradables porque no hay oportunidad de descanso mental, mientras que otros son propensos a pesadillas que igualmente pueden ser repetitivas.
Los sueños pueden ser coloridos, disparatosos, a blanco y negro, imaginativos, absurdos y hasta psicodélicos. Hay expertos en cuestiones oníricas -una rama que probablemente no goce de la gran credibilidad, similar a quienes se dedican a lo sobrenatural y afines- que afirman los sueños a veces son una forma del cerebro resolver conflictos de la persona en el día a día, y desde ese punto de vista tratan de ofrecer respuestas o revelar cuestiones que durante estados de consciencia no se manifiestan.
Puede ser que nunca se pueda demostrar este punto, y ciertamente será difícil que algún día todos nos pongamos de acuerdo respecto al por qué y los mecanismos de los sueños. Mientras tanto, es un ejercicio divertido tratar de encontrarle sentido a los inventos de nuestra propia mente, y, de paso, valorar una creatividad que a veces creemos no tener.
"Sobre la ciudad", de Marc Chagall (1918) |
Después de todo, solo una mente exageradamente creativa puede recrear un mundo donde las abuelas participan en cabalgatas de gatos y los hoteles tienen partes subterráneas habitadas por fantásticas criaturas que hacen lo posible por sacar a los forasteros de su entorno. Solo en sueños podemos hacer viajes que tomarían horas en apenas minutos y enfrentar situaciones que en la vida real es poco probable que pasen.
Si tienes la dicha de recordar tus sueños, anímate y trata de descifrar de qué trata. Hay quienes dan testimonios de que por estas vías han encontrado respuestas a cuestiones que los tenían agobiados. Es más, famosas canciones como "Yesterday" o "Let it be" tuvieron su origen por esta vía. Genial, ¿no?
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