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La raza humana es una contradicción en sí misma. Por un lado, estamos supuestos a ser una especie inteligente, pensante, y eso es algo que se ha demostrado con los increíbles avances que se han visto a través de los siglos, avances que con el pasar del tiempo se hacen cada vez más rápidos e impresionantes. Por otro lado, sin embargo, a veces nos comportamos de manera más irracional que cualquier animal.
Parte del problema es que la gente es, en esencia y origen, animal. Somos mamíferos que según la teoría de la evolución descendemos directamente del mono. Esta teoría darwinista, por mucho que los devotos religiosos la quieran refutar, a todas luces es una realidad, y ello explicaría por qué, aún teniendo esa capacidad de raciocinio, nos metemos en embrollos tan estúpidos día tras día.
¿A qué embrollos me refiero? Fácil. Ejemplos abundan. Guerras, narcotráfico, intereses encontrados, espionaje, chantajes, uso indebido de fondos/tecnología, enriquecimiento ilícito, latrocinio, corrupción y un largo etcétera.
¿Por qué hay gente que roba, mata y en general hace cosas indebidas contra sus congéneres? Se supondría que los seres humanos, al tratarse de una especie evolucionada, tendrían a su favor la capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo, y esto es usualmente la base de los debates en las clases de ética.
Tratar de descifrar esto no es una tarea fácil. El comportamiento humano lleva años estudiándose, con resultados infructuosos.
Se sabe que condicionar a la gente desde su infancia tiene efectos a largo plazo. De esta forma, recibir la educación correcta desde temprana edad se supondría que resultaría en personas igualmente correctas a largo plazo. Sin embargo, esto no es del todo cierto. Hay elementos sociales a tomar en cuenta, influencias que pueden tener el efecto contrario sobre la intención inicial y fallas del sistema que no tardan en hacerse presentes.
Desafortunadamente, vivimos en sociedades donde cada cual debe hacer su mejor esfuerzo de cuidarse del otro. La gente, por razones muy diversas, ha desarrollado una serie de mañas dañinas que dificultan confiar en los demás. La gente engaña, mata, roba, traiciona, miente y hace daño. Habrá quien diga que esto es una exageración, pero, lamentablemente, lo vemos día tras día.
¿Por qué hay reglas definidas a lo interno de cada sociedad? ¿Por qué cada país tiene un conjunto de leyes? Es simple: sin esas reglas y leyes el caos sería inaguantable. Ahora nos quejamos de estas situaciones, pero lo cierto es que fuera peor si cada cual hiciese lo que le diera la gana sin que nadie imponga el orden. Y precisamente porque vivimos en un país donde pasa justo eso es que pasamos tanto trabajo. ¿Por qué mejor no ponemos un poco de nuestra parte para mejorar las cosas? La capacidad la tenemos, después de todo.
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