¿Qué tan difícil es convivir con gente? Todo depende. Si tenemos reglas y todos hacemos nuestro mejor esfuerzo por cumplirlas, no resulta para nada difícil. Si por el contrario obviamos esas reglas y hacemos los que nos venga en ganas, sin importar si interrumpe, irrita o molesta, entonces es la cosa más difícil del mundo.
Las reglas están en todas partes. En la casa, en la escuela, la universidad, incluso en las calles. Que no cumplamos con ellas es una cosa, pero están ahí, y tienen una razón de ser. El lugar de trabajo no escapa a esta realidad, y si hay un escenario en donde las reglas adquieren un valor casi incalculable, es aquí.
No se puede asumir que los empleados de un sitio conocen estas reglas, aún cuando se trate de algo universal y regido hasta cierto punto por sentido común. ¿En dónde se falla generalmente? En lo más básico. Tres casos comunes a continuación:
En todas las oficinas, por muy desórdenes o "relax" que sean, hay reglas. Puede ser que quienes estén a cargo de hacerlas cumplir no sean muy estrictos en su cumplimiento, puede ser que por la naturaleza del lugar no sean tomadas muy a pecho, pero están ahí, y en algún momento de la vida laboral van a surtir su efecto.
Hay ciertas reglas que no están escritas pero que se sobreentienden. Una de ellas tiene que ver con la coordinación de trabajos intradepartamentales y la comunicación oportuna de los mismos. Otra es el respeto de la jerarquía, saber que hay una serie de pasos a seguir desde la base hasta el punto más alto y que puede salir muy caro saltarse los pasos.
Dentro del esquema de jerarquía, aún cuando no se haya entregado un manual para ello, hay una serie de normas que rigen las relaciones entre niveles, tanto de manera vertical como horizontal. Si bien lo ideal es que Recursos Humanos haga entrega de un manual explicando la relación de la jerarquía y la forma en que la misma se maneja, hay que decir que raras veces esto pasa porque se asume que se trata de algo universal. Tristemente no es el caso y aparece gente que no sabe ubicarse dentro de este esquema y por ende termina haciendo cosas que pueden traer consecuencias graves.
No se puede asumir que los empleados de un sitio conocen estas reglas, aún cuando se trate de algo universal y regido hasta cierto punto por sentido común. ¿En dónde se falla generalmente? En lo más básico. Tres casos comunes a continuación:
- Pasarle por encima a encargados departamentales. Una situación común y de consecuencias graves que puede generar animadversión y conflictos internos.
- Comunicación parcial e incompleta. Pasa a todos los niveles: entre departamentos, a lo interno de un departamento, de la alta gerencia hacia abajo. Las consecuencias todos las conocemos.
- Carencia de formalidad a la hora de hacer trámites interdepartamentales. Por un asunto de organización y control, nunca se deben llevar a cabo trámites que involucren equipos, espacio o personal de otro departamento sin una constancia por escrito.
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