Foto: El Nacional (AP)
De no haber sido por el enfrentamiento suscitado entre el presidente venezolano, Hugo Chávez, y el rey Juan Carlos de Borbón, la recién finalizada XVII Cumbre Iberoamericana hubiera sido una más del montón, una reunión estándar con el habitual compromiso al final de la jornada, compromiso que se hace más por obligación que por convicción.
Pero los acontecimientos del sábado, casi al momento de la clausura, marcaron la diferencia, dando lugar a una serie de debates alrededor de todo el continente latinoamericano, donde muchos dan la razón a Chávez, con todo y que se reconoce que en ocasiones el líder venezolano es impulsivo en sus actos.
Para los que se perdieron la acción, mientras Chávez agotaba su turno el sábado, la arremetió contra el ex jefe de gobierno español, José María Aznar, a quien calificó de fascista y racista. El actual jefe de gobierno español, Rodríguez Zapatero, intentó en vano defender a su predecesor, pero Chávez siguió insistiendo. Harto de la situación, el Rey, en un acto poco digno de la realeza, se paró de su asiento y preguntó a Chávez, a la vez que lo señalaba con el dedo, "¿Por qué no te callas?"
No vaya nadie a pensar que los calificativos de "fascista" y "racista" vienen por nada. Resulta ser que Chávez confirmó en esta cumbre lo que todos sospechamos desde hace rato: a los países ricos poco o nada le importan los países pobres. ¿La prueba? Por tener petróleo y otras características adecuadas, Aznar había planteado en 1999 a Chávez llevar a Venezuela al exclusivo club de países del primer mundo, con la condición de que cortara sus lazos con Fidel Castro. Cuando preguntó qué pasaría con Haití, Africa y Centroamérica, Aznar alegadamente respondió "esos se jodieron" (sic).
Sin comentarios.
De no haber sido por el enfrentamiento suscitado entre el presidente venezolano, Hugo Chávez, y el rey Juan Carlos de Borbón, la recién finalizada XVII Cumbre Iberoamericana hubiera sido una más del montón, una reunión estándar con el habitual compromiso al final de la jornada, compromiso que se hace más por obligación que por convicción.
Pero los acontecimientos del sábado, casi al momento de la clausura, marcaron la diferencia, dando lugar a una serie de debates alrededor de todo el continente latinoamericano, donde muchos dan la razón a Chávez, con todo y que se reconoce que en ocasiones el líder venezolano es impulsivo en sus actos.
Para los que se perdieron la acción, mientras Chávez agotaba su turno el sábado, la arremetió contra el ex jefe de gobierno español, José María Aznar, a quien calificó de fascista y racista. El actual jefe de gobierno español, Rodríguez Zapatero, intentó en vano defender a su predecesor, pero Chávez siguió insistiendo. Harto de la situación, el Rey, en un acto poco digno de la realeza, se paró de su asiento y preguntó a Chávez, a la vez que lo señalaba con el dedo, "¿Por qué no te callas?"
No vaya nadie a pensar que los calificativos de "fascista" y "racista" vienen por nada. Resulta ser que Chávez confirmó en esta cumbre lo que todos sospechamos desde hace rato: a los países ricos poco o nada le importan los países pobres. ¿La prueba? Por tener petróleo y otras características adecuadas, Aznar había planteado en 1999 a Chávez llevar a Venezuela al exclusivo club de países del primer mundo, con la condición de que cortara sus lazos con Fidel Castro. Cuando preguntó qué pasaría con Haití, Africa y Centroamérica, Aznar alegadamente respondió "esos se jodieron" (sic).
Sin comentarios.
Lo que me sorprende: ¿por qué entónces los mismos medios ocultan la verdad? No entiendo.
ResponderEliminar¿A qué te refieres, exactamente?
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