Ser práctico es un arte que poca gente practica en su cotidianidad, a veces por no usar la cabeza, y otras veces porque hay terceros que simplemente lo impiden.
Una realidad de estos tiempos dominados por smartphones y otras pantallas es que el tiempo no alcanza. Por ese jueguito de la tecnología el tiempo de ocio y el de trabajo se han entremezclado a un punto tal que ya no hay diferenciación clara. Peor aún, el afán de caerle atrás a la vida social de otros -incluso desconocidos que seguimos porque sí, porque están de moda- hace que en todo momento estemos pegados a esa pantallita, dañándonos la vista, la postura y la vida misma en un sentido.
Tantas distracciones, conjuntamente con la facilidad que suponen estos aparatos de trabajar y resolver cualquier cosa en el momento, sin importar que estemos comiendo, viendo televisión o compartiendo con amistades, tan solo hacen que el tiempo escasee aún más, por eso hay todo un movimiento orientado a la calidad en lo que respecta a su uso.
Es aquí, en calidad de uso del tiempo, donde entra el arte de ser práctico. ¿Por qué dar diez pasos cuando una cosa puede hacerse en 5 o en 3? ¿Por qué perder tiempo yendo a un mismo sitio dos veces cuando con un poco de coordinación pueden resolverse varias cosas en un solo viaje?
Un elemento clave en este asunto de ser prácticos es usar la cabeza, lo mismo que la comunicación oportuna y adecuada. Al hacer diligencias que implican documentos es común tener que ver ir varias veces al mismo sitio por falta de información clara. Ir al médico muchas veces supone dedicar el día entero, lo mismo que lidiar con oficinas públicas. ¿Por qué?
Cuando haya un entendimiento cabal de la importancia de saber usar el tiempo este tipo de cosas podrían dejar de pasar. Cada vez que perdemos tiempo en diligencias que deberían ser más fáciles de resolver la productividad queda impactada a varios niveles. Y lo peor de todo es que se trata de un círculo vicioso y sin fin.
Seamos más prácticos. No solo con el tiempo, sino con cualquier cosa que nos estorbe o nos obstaculice. No vale la pena pasarse la vida en eso.
El virus más peligroso que afecta la tierra. Los seres humanos. Desarrollamos un modelo de vida poco sostenible. que terminará con todo. Ser práctico para que funcione debe ser un tema de conjunto.
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