La humanidad es una cosa seria: supuestamente nosostros -la gente- nos diferenciamos de los animales por nuestra capacidad de razonar, pero entonces el razonamiento en esta época globalizada y conectada parece haber cogido las de Villadiego para no volver jamás.
La estupidez humana tiene muchas formas de manifestarse, tanto a nivel individual como colectivo, siendo una diferencia fundamental que la estupidez individual suele circunscribirse a un entorno especifico y controlado, mientras que la colectiva puede tener consecuencias insospechadas de carácter global.
Un ejemplo de estupidez individual es la clásica terquedad del ser humano: le advierten que fumar es malo para la salud, que la prisa es mala consejera y que no debe abusarse del alcohol, y aún así hace exactamente eso, porque, a fin de cuentas, todos nos vamos a morir, ¿o no? Es la razón por la que se dan paradojas tan interesantes como un médico en sobrepeso advirtiendo a sus pacientes del riesgo asociado al sobrepeso. Facepalm, anyone?
Como permea una cultura de rebaño, la estupidez individual muchas veces se repite hasta el punto de ser representativa de comunidades enteras, y hasta de regiones y países. Es de esta forma que se van creando los estereotipos, que aún cuando son odiosos no dejan de ser certeros a un nivel.
El factor religioso es un importante componente en todo este tema de la estupidez, y basta con ver el estado atroz en que se encuentra el mundo por una cuestión que no pasa de ser leyenda urbana en el mejor de los casos. ¿Ustedes saben lo feo que es estarse matando por lo que diga un libro escrito miles de años atrás por no se sabe quién? ¡No ombe! Lo peor del caso es que si tomamos cualquier relato religioso y lo analizamos y comparamos veremos que en esencia es la misma cosa con nombres distintos.
Pensar de más, sobreanalizar y vivir con miedo son otras formas de estupidez, lo mismo que estar aguantando humillaciones, matarse trabajando sin dejar tiempo para disfrute y tratar de vivir de las apariencias. Uno de los peores tipos de estupidez tiene que ver con incumplimiento, sobre todo a nivel alto en la jerarquía. El mundo, lamentablemente, está lleno de esa infuncionalidad gerencial, con la consecuencia de que todos pagamos, extensivo generaciones venideras.
Ah, y antes que se me olvide, la madre de todas las estupideces: no cuidar nuestro hábitat. En eso sí nos hemos dado grandes, en destruir el planeta, sin miramiento alguno. Y cuando ya no dé para más, ¿qué hacemos? Nada, porque hasta ahora no hay otro planeta adecuado para acogernos.
Comentarios
Publicar un comentario
Este blog no acepta vulgaridades. Modérese antes de comentar.