Una de las primeras cosas que se enseña a estudiantes de finanzas es que a mayor retorno en una inversión, mayor el riesgo. Se trata de una afirmación que encierra toda la lógica del mundo, muchas veces demostrada en la práctica, que la gente no termina de comprender, sea por ignorancia o por ambición.
El comentario viene a propósito de TelexFREE y la enorme cantidad de gente que ha quedado enganchada en un negocio que tenía todos los indicios de ser una burda pirámide, actualmente bajo investigación en Estados Unidos y acusada de estafa por el secretario de estado de Massachusetts, William Galvin, tras haberse declarado la empresa en bancarrota.
Lo triste de este caso es que durante muchos meses se advirtió de manera pública acerca de la naturaleza turbia de TelexFREE, con gente como el economista Alejandro Fernández Whipple (@argentarium) llevando la delantera. La gente, ambiciosa al fin, se deja llevar de la promesa de dinero fácil, tan solo para lamentarse más adelante.
Se estima que la quiebra de TelexFREE, que ya había cerrado en Brasil y Ruanda, afecta a 150,000 dominicanos que ciegamente creyeron en la promesa de riquezas fabulosas con el menor esfuerzo. Sería demasiado fácil concluir que eso pasa porque este es un país de gente bruta, pero eso no es del todo cierto. En Estados Unidos, específicamente en Massachusetts, que es donde TelexFREE tiene su sede principal, se estima que la estafa fue de 90 millones de dólares, siendo las víctimas en su mayoría descendientes de brasileños y otras minorías.
Al igual que aquí, TelexFREE fue blanco de investigaciones durante meses, a lo callado, y sólo cuando se acogieron al infame capítulo 11, dizque para reforzar a la empresa, fue que estalló el escándalo de manera pública. Ahora, cuando ya es tarde, es que salen esas informaciones de las autoridades correspondientes, dentro y fuera de aquí, dando cuenta de que la empresa estaba en la mira por lo que se considera es una de las mayores pirámides de estos tiempos.
Obviando el rol de las autoridades, que deberían hacer un mejor esfuerzo por educar al pueblo sobre los riesgos de este tipo de inversión, cabe preguntarse, ¿por qué la gente es tan propensa a caer en estos ganchos? Se trata de una mezcla de ambición, ignorancia y vagancia. Ganarse el dinero fácil, sin hacer nada, es una idea atractiva. Si eso fuera posible, no hubiera gente pobre, ¿o sí?
La gente, buscando lo fácil, se deja engañar de la manera más absurda. TelexFREE es tan solo la última pirámide en caer, y es posible que una suerte similar corran negocios como Herbalife y Organo Gold. Y como los oportunistas abundan, ya TelexFREE tiene sustituto: UNETENET.
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