Entendemos que los moradores de Pedro Brand tienen todo el derecho a quejarse por la falta de agua, luz y demás servicios que no llegan con regularidad, pero definitivamente la forma en que lo hicieron les resta méritos.
La violencia y la agresividad nunca conducen a nada bueno, y el ejemplo está ahí: tanto el lunes como el martes se lanzaron a la carretera Duarte, generando un intenso tapón y propiciando la llegada de agentes policiales quienes, aunque tarde, hicieron lo posible por dispersar a los protestantes y retornar la carretera a la normalidad. Las acciones de los últimos días hacen un tremendo contraste con el desarrollo que viene mostrando Pedro Brand desde hace unos meses, con calles asfaltadas y una organización pocas veces vista en otros municipios de la región Oeste de la provincia Santo Domingo.
No sabemos si los moradores de Pedro Brand ya habían externado sus quejas en los organismos correspondientes, pero lo cierto es que estas huelgas, lejos de solucionar los problemas, representan un retroceso en una sociedad donde la falta de educación y conciencia es cada vez más notoria.
El haber obstaculizado el paso por la autopista Duarte, además de haber generado grandes pérdidas y haber contribuido a la contaminación, puso de manifiesto la falta de consideración hacia los demás, porque el ciudadano común nada tiene que ver con las deficiencias en el suministro de agua y luz. Peor aún fueron las protestas similares que se registraron ayer martes en el kilómetro 14 de la autopista, a la entrada de La Ciénaga y Pantoja, acciones que propiciaron la intervención del propio Jefe de la Policía.
Por otro lado, ¿cómo es posible que se obstaculice la autopista Duarte en demanda de agua justo enfrente del Campamento 16 de Agosto y que nada se haya hecho hasta pasadas varias horas? Estamos hablando de más de 4 horas de tapón en una carretera que es vital en términos de producción para el país, todo esto enfrente de una de las brigadas más grandes del Ejército Nacional, quienes aparentemente decidieron no intervenir hasta recibir órdenes oficiales al respecto. Es como para ponerse a pensar.
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