En términos generales, la gente no se lleva bien con otra gente. No importa que dos personas lleven años tratándose de cerca, y hasta conviviendo en el mismo espacio. Lo más probable es que surjan conflictos a lo largo del tiempo, algunos pasajeros, otros irremediables.
Dicen que la clave de la armonía consiste en aceptar a los demás tal cual son. Hay cientos, miles quizás, de personalidades distintas que van más allá de la tradicional clasificación de extrovertido /introvertido. Lidiar con tanta variedad de gente requiere de altos niveles de tolerancia y paciencia.
Ya que por nuestra naturaleza gregaria tenemos esa imperiosa necesidad de relacionarnos con gente, y porque la propia sociedad lo fomenta e impone, lo mejor que hacemos es aplicar el enfoque ermitaño.
La propia sociedad impide ser ermitaño nato, a no ser que se sea totalmente autosuficiente. Aquí van algunas ideas derivadas de ese concepto que pueden implementarse en el día a día:
1. No hablar de más. Si no se habla ni se dan detalles de la vida privada ni nos metemos en asuntos ajenos, la armonía queda garantizada 100%.
2. No hacer caso a lo que digan u opinen los demás. Si por no hablar lo acusan de arisco, dé las gracias por el piropo y siga su camino. Significa que el punto 1 lo está ejecutando a la perfección.
3. No participar en chismes. Se desprende del punto uno. Queda implícito el por qué.
4. No dar de qué hablar. En pocas palabras, controlar las emociones y entender que todo en esta vida es pasajero.
5. No querer emular a nadie. Si usted es ermitaño o diferente, siéntase orgulloso de no ser uno más del rebaño.
6. Evitar las preguntas personales. Nadie está en la obligación de responderlas. Y si de casualidad tiene una pareja, recuerde algo: el que busca, encuentra.
¿Por qué se arman los chismes? Porque la gente no actúa como ermitaña. ¿Por qué surgen los conflictos entre familiares y amigos? Por lo mismo. Habrá quien diga que este asunto de ser ermitaño resulta en una vida muy aburrida, y puede que lo sea, pero garantiza paz mental 100%
Si como quiera insiste en ser gregario y social, entonces asegúrese de rodearse de gente que valga la pena y que comparta sus valores.
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