A través de los años, China se ha ganado una reputación única como el mayor falsificador del mundo. Cierto es que los chinos todo lo imitan y todo lo falsifican. Ejemplos los hay por montones, desde las imitaciones de carteras y prendas de vestir de marca que hicieron famosas a Canal Street en Nueva York, por el área de Chinatown, hasta cosas más sofisticadas, como aquellos teléfonos que imitaron con éxito (al menos en diseño) al iPhone cuando salió a la venta por primera vez.
Un par de elementos fuera de lugar, como el hecho de que Apple no menciona "Apple Store" en sus stiendas, que solo se identifican con el logo de la compañía, y la mala terminación de las escaleras, hicieron a la autora de Bird Abroad dudar sobre la autenticidad de la tienda. Más tarde, confirmó sus sospechas doblemente: primero, la página de Apple no lista tiendas en esa provincia china. Segundo, una representante de Apple confirmó el dato. Quizás lo más sorprendente e interesante es que los propios trabajadores de la tienda tienen la creencia de que trabajan para Steve Jobs, lo que representa un engaño aún más grande.
Definitivamente, sólo en China pasan estas cosas.
Increíble, tienes muchísima razón, el calificativo inmejorable muy agudo el análisis.
ResponderEliminarHay empresas de paises del 3er. mundo que le compran a China a un precio irrisorio, maquinas industriales sofisticadas, que hacen lo mismo que las originales, pero no pagaron el dineral que las mismas cuestan. Los chinos tienen espias industriales en todas la naciones industrializadas o simplemente adquieren en el mercado el producto que van a copiar, de esa forma no pagan por propiedad intelectual, diseños, etc., eso siempre ha sido un dolor de cabeza para Occidente.
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