Foto: techeblog

No todo el mundo aprecia el arte, y eso ha dado como resultado que las artes se vean como algo elitista, un estilo de vida costoso y exclusivo que a menudo viene acompañado de ciertas dificultades económicas, pues quienes se dedican enteramente al arte pasan trabajo para dar a conocer su trabajo, con el agravante de que no paga tan bien como se pnsaría.
Quizás por esta idea de que el arte, y por extensión la cultura, es algo reservado a ciertas élites, es que ciertos vendedores de "arte" abusan de los precios. En galerías de arte improvisadas es común encontrar una serie de artefactos ridiculos, crudos, a precios exorbitantes.
Cuadros feos, muebles extraños, adornos maltrechos, lámparas burdas, todo eso y más lo ofertan mercaderes del "arte" a un sobreprecio que raya en lo ridículo. Y lo más interesante del caso es que el dependiente mantiene una cara muy seria mientras da las explicaciones de lugar... después de todo, ¿cómo se justifica que un supuesto candelabro de peltre, que más bien parece dispositivo de tortura, se venda en 300 dólares? Fácil: nada más hay que decir que es obra de X artista, hablar un poco de su background, y listo. Doble puntaje si es extranjero, triple si ya murió.
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