La Lincoln, otra vez

Foto: ahiequeprende.com

Si quiere evitar un mal rato y tener que exponerse a situaciones peligrosas, entonces es mejor evitar pasar por la avenida Abraham Lincoln, de Kennedy a 27 de Febrero, después de las 11 de la noche.
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.Después de esa hora, sobre todo en fines de semana y días feriados, el referido tramo se torna especialmente difícil gracias a la enorme cantidad de jevitos y viejevos -a pie y en carro- que se creen dueños de la calle. Famosa por los "lincolnazos", en esta avenida es que pasan las cosas más raras, desde carreras de automóviles hasta grupos de personas que se adueñan de una esquina para ponerse a beber y escuchar música a todo volumen.

En la Lincoln es posible encontrarse con un tapón a las 12 de la medianoche solo porque a un grupito de conductores les dio la gana de doblar donde no se puede o porque decidieron parquearse en doble fila a la derecha. Por motivos desconocidos, pero que podemos inferir, estos conductores se paran con el semáforo estando en verde, pero pretenden arrancar cuando se pone rojo. Muchos van manejando en zig-zag y otros parecen no tener idea de lo que están haciendo.

El último incidente en esa avenida lo tuve anoche, como a eso de las 11:45. Tras haber cruzado la intersección de la calle Andrés Julio Aybar, el carro que estaba delante de mí se paró en seco, sin motivo alguno y sin previo aviso. Al ver que no hay motivos para estar parados en medio de la Lincoln, le toco bocina. No responde. La toco con más insistencia, nada ocurre. Tuve entonces que maniobrar para cambiarme al carril de al lado, el derecho, tomando la precaución de que nadie más venía. Los demás carros le pasaron por el lado, y ni se inmutó.

¿Estaría borracho el conductor, o quizás drogado? No lo sé, lo cierto es que incidentes como esos son comunes en la Lincoln después de cierta hora. Me pregunto, ¿hasta cuando se va a permitir esa vagabundería? No está fácil para una persona que está cansada, que desea llegar a su casa tras un día cargado de trabajo y compromisos, toparse con gente tan torpe que el tránsito no fluye. Así no se puede.